Alzheimer, un barco con mástil pero sin velas navegando a la deriva, sin timón y a merced de las olas del olvido, es lo que refleja la portada de su nuevo libro poemario. La poeta desgarra en sus versos el enfrentar la dura realidad de su compañero de ruta y paciente de Alzheimer. Muchas familias han tenido, tienen y tendrán que enfrentar el enigma de amanecer cada día con alguien amado que ya no te conoce o solamente reconoce fragmentos de afectos. Un día lo tienes todo con ellos: amor, complicidad, risas, pasado, presente y promesas de futuro. En su caso… supuestamente la promesa rezaba: «hasta que la muerte los separe». Todo quedó truncado, no hay memoria no hay recuerdo o solamente atisbos de ellos. El espejo no refleja más que cristales trizados de la realidad.
Pero solamente una poeta de la talla de Natasha Valdés podría atravesar la neblina de la «maldita» enfermedad y entregarnos con el don del verso, una obra literaria profunda, descarnada y magistral. Un libro que a pesar de su manto de tristeza, nos entrega el valor de la lucha por descifrar el enigma y de cómo el poder de la poesía es capaz de atravesar el laberinto de vuelta, con una Natasha Valdés que enaltece el compromiso del vínculo de amor que todo lo puede, en versos.
Hermosas palabras querido Henry, gracias